Psicoeducación: ¿qué es y cuál es su papel en la psicología basada en evidencia?
“La
psicoeducación es una intervención destinada a brindarle al paciente
información detallada y sistematizada acerca del origen de sus síntomas, de los
mecanismos que los sostienen y de las posibles consecuencias de los mismos, con
el objetivo facilitar el aprendizaje sobre un amplio rango de dificultades
emocionales y comportamentales, sus efectos y las estrategias para manejarlas. Se
basa en considerar que el conocimiento permite incrementar los recursos
disponibles para afrontar dichas dificultades”
Partiendo
de esta definición, veamos diferentes puntos clave en este concepto que nos
permitirán profundizar su utilidad:
1) Le permite al paciente obtener información
sobre lo que está atravesando:
Los pacientes que comprenden mejor su
afección y el razonamiento detrás de las intervenciones terapéuticas son más
propensos comprometerse con el tratamiento.
2) Fomenta un
rol activo:
Al proporcionar información, la
psicoeducación les da a los pacientes un mayor sentido de control y
participación activa en su propio proceso de tratamiento. Explicarle a los
pacientes lo que están atravesando, basándonos en un conocimiento científico,
permite que entiendan que no son los únicos que están viviendo esto y que hay
una salida para lo que están pasando.
3) Adherencia al tratamiento:
Varios
terapeutas podremos coincidir en que muchos consultantes nos han dado un relato
como este: “hice terapia, fui a algunas consultas, pero no me decían nada, no
me sentía comprendido, y terminé dejando”. La psicoeducación nos sirve para
evitar que ocurran este tipo de situaciones, muy comunes en terapias psicológicas que no se encuentran basadas en evidencia.
4) Mejorar
la alianza y establecer un lenguaje común entre paciente y psicoterapeuta:
Para fortalecer la adherencia al tratamiento es fundamental que el consultante tenga una buena alianza terapéutica. En este sentido, además de tener una función informativa, un valor fundamental de la psicoeducación radica en la capacidad para establecer un nexo entre la lógica del paciente y la lógica del terapeuta.
5) Prevención de recaídas:
Los consultantes que saben identificar los signos tempranos de recaída y las estrategias para prevenirlas están mejor preparados para mantener su bienestar a largo plazo. En definitiva, para que una terapia sea exitosa, es sumamente importante que puedas comprender por qué te pasa lo que te pasa, cómo hacer para que te deje de pasar y, no menos importante, cómo hacer para que no te vuelva a pasar.
6) Es un
derecho:
Sencillamente
la psicoeducación cumple con un derecho fundamental de los pacientes: el
derecho a la información.
Vamos a tomar el ejemplo de los trastornos de ansiedad, donde la psicoeducación es una de las intervenciones pilares, ya que nos encontramos con consultantes que desarrollaron diferentes mecanismos que desencadenan y mantienen los cuadros que atraviesan. Entender cuáles son estos y ser informados en cómo romperlos les permite a los pacientes reinterpretar sus respuestas ansiógenas a la luz de la nueva información, de forma tal que el significado atribuido previamente ("me voy a morir”) se transforme en una interpretación no catastrófica ("estoy teniendo esas sensaciones tan feas, pero sé que de esto no me voy a morir"). De esta manera, la psicoeducación tiene un rol favorecedor de una actitud menos alerta o defensiva ante un peligro anticipado o imaginado.
Entendiendo la importancia que tiene la psicoeducación en un tratamiento psicoterapéutico, y a modo de cierre, me gustaría remarcar simplemente que, como pacientes, siempre puedan cuestionar las intervenciones de sus terapeutas y busquen comprender la planificación del tratamiento que están llevando a cabo. Los profesionales tienen que ser claros con la transmisión de la información y es sumamente importante que salgas de las sesiones entendiendo qué te está pasando y cómo están procediendo para que eso te deje de pasar.